La cannabis se ha convertido en una alternativa eficaz para la depresión y, combinado con ejercicios de meditación y actividad física, los beneficios serán mayores.
- Escribe: médico cirujano Juan Lock, con estudios en medicina cannabinoide y medicina tradicional china
En el mundo, la depresión afecta a aproximadamente 300 millones de personas y ocupa el tercer lugar de las enfermedades más comunes a nivel mundial. Es la primera causa de discapacidad en el mundo y la incidencia es mayor en mujeres que en varones. Es la principal causa de suicidio, la cual ha aumentado un 60% en los últimos 50 años (aproximadamente 800 mil personas se suicidan cada año).
En el Perú, 1 millón 700 mil personas padecen depresión y solo 425 mil llegan a tratarse. Cada 22 minutos alguien intenta quitarse la vida en nuestro país. Además, en la población mayor de 12 años, los trastornos depresivos tienen una prevalencia anual que varía del 4% en Lima rural y 8,8% en Iquitos; y se estima un promedio nacional de 7,6%.
SÍNTOMAS DE LA DEPRESIÓN
Su causa es multifactorial: genéticas, ambientales, traumas, enfermedades, entre otros. Es importante tener en cuenta el tipo y el grado severidad de la depresión para un adecuado manejo integral del mismo que pueden ir desde síntomas leves o a tener ideas o actos suicidas.
Los indicios que nos harán sospechar de una depresión son:
Pensamiento negativo o distorsionado, dificultad para concentrarse, menor tiempo de reacción, olvidos, indecisión, fatiga, procrastinación, falta de voluntad, miedo, apatía, alteraciones del sueño y apetito.
SISTEMA ENDOCANNABINOIDE Y DEPRESIÓN
Existe evidencia preclínica y clínica del importante rol que juega el Sistema Endocannabinoide en la depresión y de que su desequilibrio puede favorecer a su aparición, ya que presentamos una gran cantidad de receptores cannabinoides en la amígdala, hipocampo y corteza prefrontal, zonas que regulan el estado de ánimo y las emociones (1).
También se ha observado y analizado, por ejemplo, una disminución de anandamida y del 2-AG, los dos principales endocannabinoides que tenemos; en estudios realizados en humanos (2).
FITOCANNABINOIDES Y DEPRESIÓN
Diversos fitocannabinoides (principales compuestos de la planta cannabis) pueden ser de ayuda para la depresión. Conociendo los antecedentes y síntomas actuales de la persona, elegiremos la fórmula más adecuada para iniciar el tratamiento.
Como regla general, podemos iniciar con fórmulas altas de cannabidiol (CBD) e ir incrementando el tetrahidrocannabinol (THC) de acuerdo a la evolución de la persona. El THC tiene efecto antidepresivo, pero siempre se debe ir de menos a más para evitar reacciones adversas y para no generar una tolerancia en el sistema nervioso (3). Por su parte, son conocidos los efectos ansiolíticos y antidepresivos del CBD al unirse a receptores de serotonina (4).
El CBD y otros cannabinoides como el cannabigerol (CBG) y el cannabinol (CBN) tienen la propiedad de estimular al sistema endocannabinoide a través de su acción sobre la anandamida (5).
Debemos recordar la importancia del Efecto Séquito y de los terpenos, para así potenciar el efecto antidepresivo como por ejemplo del limoneno (6).
DEPRESIÓN Y FÁRMACOS
Aproximadamente entre un 40 y 60% de personas que consumen medicamentos no responderán adecuadamente al tratamiento (7). Además los medicamentos antidepresivos pueden generar diversas reacciones adversas entre ellas una tolerancia y dependencia que llegan a afectar la calidad de vida.
Por ello, se recomienda añadir la cannabis al tratamiento farmacológico e ir observando la respuesta para regular la dosis paulatinamente. No retirar el fármaco bruscamente para no generar reacciones adversas.
CASO CLÍNICO
Paciente mujer de 40 años con diagnóstico de cáncer de cuello uterino. Síntomas actuales: dolor abdominal, depresión, cansancio, insomnio.
Tratamiento convencional: Tramal, radioterapia.
Recomendaciones: Aceite de cannabis ratio CBD/THC 1/1 al 9% y ejercicios de respiración.
COMENTARIO FINAL DEL DR. LOCK
El estilo de vida actual ha favorecido a que las enfermedades mentales estén en aumento y por esta razón debemos recomendar herramientas de prevención y utilizar medicamentos de baja toxicidad para afrontarlas. La cannabis se ha convertido en una alternativa eficaz para la depresión y combinado, por ejemplo, con ejercicios de meditación (que sabemos estimula el sistema endocannabinoide) o con actividad física los beneficios serán mayores. Siempre recomiendo ir paso a paso: adicionando actividades de manera paulatina ya que con paciencia y perseverancia se tendrán los mejores resultados.
Darnos cuenta que el organismo tiene un gran poder de sanación y tomar el mando de tu salud es esencial para una recuperación real y mejorar tu calidad de vida.
BIBLIOGRAFÍA
(1) I. Katona et al., “Distribution of CB1 Cannabinoid Receptors in the Amygdala and Their Role in the Control of GABAergic Transmission,” Journal of Neuroscience 21, no. 23 (2001): 9506–18; and F. R. Bambico et al., “Cannabinoids Elicit Antidepressant-Like Behavior and Activate Serotonergic Neurons Through the Medial Prefrontal Cortex,” Journal of Neuroscience 27, no. 43 (2007): 11700–11.
(2) M. N. Hill et al., “Serum Endocannabinoid Content Is Altered in Females with Depressive Disorders: A Preliminary Report,” Pharmacopsychiatry 41, no. 2 (2008): 48–53.
(3) S. Haj-Dahmane et al., “Modulation of the Serotonin System by Endocannabinoid Signaling,” Neuropharmacology 61, no. 3 (2011): 414–20.
(4) E. B. Russo et al., “Agonistic Properties of Cannabidiol at 5-HT1a Receptors,” Neurochemical Research 30, no. 8 (2005): 1037–43.
(5) G. Gobbi et al., “Antidepressant-Like Activity and Modulation of Brain Monoaminergic Transmission by Blockade of Anandamide Hydrolysis,” PNAS 102, no. 51 (2005): 18620–25.
(6) E. B. Russo, “Taming THC: Potential Cannabis Synergy and Phytocannabinoid-Terpenoid Entourage Effects,” British Journal of Pharmacology 163, no. 7 (2011): 1344–64.
(7) B. Bandelow et al., “World Federation of Societies of Biological Psychiatry (WFSBP) Guidelines for the Pharmacological Treatment of Anxiety, Obsessive-Compulsive, and Post-Traumatic Stress Disorders—First Revision,” World Journal Biology Psychiatry 9, no. 4 (2008): 248–312.
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